Atlas de los músculos del perro II:
Cuello, tronco y cola. Cabeza-
Carlos López Plana -e-mail
Manel López Béjar
Pedro Mayor Aparicio
Departament de Sanitat i dAnatomia Animals
Facultat de Veterinària
Universitat Autònoma de Barcelona
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Introducción
La entrada en el Espacio Europeo de Educación Superior y el diseño de los nuevos títulos de Grado conllevan un cambio en la manera tradicional de llevar a cabo el proceso de enseñanza y aprendizaje, y pretenden conseguir un nuevo modelo educativo basado en el aprendizaje activo del estudiante. En este sentido, las Tecnologías de la Información y la Comunicación desempeñan un papel importante en la renovación de la metodología docente, y muy especialmente en materias donde la información iconográfica es fundamental, tal como es el caso de la Anatomía.
El Atlas que presentamos en forma de página web aporta 130 imágenes de diversas visiones de los músculos que conforman las regiones cefálicas, cervicales, del tronco y de la cola en el perro, obtenidas a través de un conjunto de disecciones progresivas, desde los planos más superficiales hasta los más profundos. Incluimos también algunas imágenes obtenidas de secciones de la cabeza, cuello y tronco, con la intención de facilitar la adquisición, por parte del alumno, de un concepto tridimensional de la estructura del animal.
Con esta página web, y la página Atlas de los músculos del perro I, dedicada a los músculos de los miembros torácico y pelviano, completamos la anatomía de los músculos esqueléticos en la especie canina. Ambas webs forman parte de una serie de páginas dedicadas a la anatomía del perro que hemos publicado en los últimos años:
· Atlas de los músculos del perro I: Miembros torácico y pelviano
· Atlas de los músculos del perro II: Cuello, tronco y cola. Cabeza
· Los miembros del perro: Inervación y vascularización
· Atlas de Osteología de los Mamíferos Domésticos
· La cabeza del perro. Atlas virtual
Estos documentos ponen a disposición del estudiante herramientas de aprendizaje en soporte digital que se pueden consultar en línea desde un ordenador. Pretendemos que este material educativo sea utilizado como refuerzo de las clases presenciales. Y que sirva también, de acuerdo con los postulados del Espacio Europeo de Educación Superior, de ayuda en el proceso de enseñanza y aprendizaje, facilitando el aprendizaje no presencial, autónomo y activo, y aumentando por tanto el protagonismo del alumno en su proceso formativo.
Ya en un ámbito más concreto, entre los objetivos específicos que el alumno puede alcanzar a través de la utilización de este Atlas destacamos los siguientes:
· Saber identificar los músculos de las diferentes regiones del cuello, tronco y cola, así como de la cabeza.
· Conocer el origen e inserción de los músculos, así como su inervación.
· Saber analizar la acción de los músculos, así como las implicaciones sobre el movimiento que tiene lugar en las diversas regiones del organismo.
Todas las preparaciones que se presentan en las imágenes de la página web se han realizado partiendo de piezas procedentes de cadáveres fijados mediante una solución de formaldehído. Ningún animal se sacrificó con el propósito de ser utilizado en el desarrollo de este trabajo. La terminología utilizada sigue, por lo general, las propuestas de la obra "Nomenclatura anatómica veterinaria ilustrada" (1996), que recoge las modificaciones incluidas en la 4ª edición de la Nomina Anatomica Veterinaria (1994). También se han tenido en cuenta las aportaciones más recientes de la obra “Illustrated Veterinary Anatomical Nomenclature” (2012), que recoge las modificaciones incluidas en la 5ª edición de la Nomina Anatomica Veterinaria (2005).
Los autores agradecen al Dr Joaquim Castellà, profesor de la Facultat de Veterinària de la Universitat Autònoma de Barcelona, por introducirnos en los entresijos del tratamiento digital de imágenes y en el manejo del programa Adobe Acrobat, y por su total disposición siempre que le hemos necesitado. Agradecemos también a la Dra. Ester Taberner su dedicación en la actualización de los ficheros digitales de las imágenes.
Varias ayudas concedidas por la Universitat Autònoma de Barcelona y la Generalitat de Catalunya han facilitado el desarrollo de este trabajo:
Ajut de la Convocatòria UAB 2003 per a projectes d’innovació docent
Ajut per al finançament de projectes per a la millora de la qualitat docent a les universitats catalanes, MQD 2004-00049
Ajut per al finançament de projectes per a la millora de la qualitat docent a les universitats catalanes, MQD 2009-00033
Última actualización: Octubre de 2015
¿Cómo utilizar el Atlas?
Clasificación de los músculos esqueléticos
La musculatura esquelética constituye en conjunto el componente activo del aparato locomotor. Los músculos son órganos contráctiles; sus inserciones tienen lugar fundamentalmente en los huesos, de modo que cuando se contraen proporcionan la fuerza necesaria para el movimiento del esqueleto, ya sean movimientos de partes concretas del mismo o la locomoción del organismo entero. El músculo esquelético también participa en la prevención de movimientos y en el soporte del peso corporal, como ocurre por ejemplo cuando su contracción sirve para estabilizar o fijar las articulaciones. Los músculos, además, contribuyen a conformar las paredes de las cavidades torácica, abdominal y pélvica, y participan en importantes funciones orgánicas como la respiración.
Aunque la mayor parte de los músculos esqueléticos se unen mediante formaciones tendinosas a los huesos o los cartílagos, algunos músculos también pueden unirse a un órgano (como es el caso por ejemplo de varios grupos musculares de la cabeza, responsables de los movimientos de la lengua, faringe, laringe o del globo ocular; o también de los músculos situados en las partes terminales de los aparatos digestivo y urogenital). En estos casos se considera que los músculos ya no pertenecen al aparato locomotor, y es más adecuado estudiarlos junto con los órganos y aparatos correspondientes.
Para organizar la descripción de los diferentes músculos podemos considerar, siguiendo criterios topográficos y funcionales, diversos grupos musculares:
Músculos de la cabeza
Músculos del cuello, tronco y cola
------Músculos de la columna vertebral
------Músculos ventrales del cuello
------Músculos torácicos
------Músculos abdominales
------Músculos de la cola
Músculos del miembro torácico
Músculos del miembro pelviano
Los grupos musculares correspondientes a los miembros torácico y pelviano se estudian en la página web Atlas de los músculos del perro I. Ahora trataremos los músculos de las regiones axiales, incluyendo también la cabeza. Los músculos que conforman cada uno de los grupos musculares se pueden localizar en el texto utilizando los enlaces del Índice que se presenta a continuación.
Índice
Músculos del cuello, del tronco y de la cola
------------M cutáneo del tronco
----Músculos de la columna vertebral
--------Músculos epiaxiales
------------M esplenio de la cabeza
--------Columna lateral
------------M iliocostal
--------Columna intermedia
------------M longísimo
------------Mm intertransversos
--------Columna medial: Sistema transversoespinoso
------------M espinal y semiespinal torácico y cervical
------------M semiespinal de la cabeza
------------Mm multífidos
------------Mm rotadores
------------Mm interespinales
--------Músculos hipoaxiales
------------Mm escalenos
------------M largo de la cabeza
------------M largo del cuello
--------Músculos motores específicos de la cabeza
------------M recto dorsal mayor de la cabeza
------------M recto dorsal menor de la cabeza
------------M oblicuo craneal de la cabeza
------------M oblicuo caudal de la cabeza
------------M recto lateral de la cabeza
------------M recto ventral de la cabeza
----Músculos ventrales del cuello
------------M esternocefálico
------------M esternohioideo
------------M esternotiroideo
------------El espacio visceral del cuello
------------M serrato dorsal craneal
------------M serrato dorsal caudal
------------Mm intercostales externos
------------Mm intercostales internos
------------Mm elevadores de las costillas
------------Mm subcostales
------------M retractor de la costilla
------------M recto del tórax
------------M transverso del tórax
------------Diafragma
------------M oblicuo externo del abdomen
------------M oblicuo interno del abdomen
------------M transverso del abdomen
------------M recto del abdomen
------------Canal inguinal y anillos inguinales
------------Ligamento o arco inguinal. Lagunas muscular y vascular
------------Vaina del músculo recto del abdomen
--------Músculos que se originan en las vértebras
------------M sacrocaudal dorsal medial
------------M sacrocaudal dorsal lateral
------------M sacrocaudal ventral medial
------------M sacrocaudal ventral lateral
------------M intertransverso dorsal caudal
------------M intertransverso ventral caudal
--------Músculos que se originan en el coxal
------------M coccígeo
------------M elevador del ano
------------M esfínter superficial del cuello
------------Platisma
------------M esfínter profundo del cuello
--------Músculos de los labios y la nariz
------------M orbicular de la boca
------------M buccinador
------------M elevador nasolabial
------------M elevador del labio superior
------------M canino
------------M cigomático
--------Músculos de los párpados
------------M orbicular del ojo
------------M retractor del ángulo lateral del ojo
------------M elevador del ángulo medial del ojo
------------M elevador del párpado superior
--------Músculos de la región frontal
------------M frontal
------------M occipital
--------Músculos de la oreja
--------Grupo rostral
------------Mm escutuloauriculares superficiales
------------Mm escutuloauriculares profundos
------------M cigomaticoauricular
--------Grupo dorsal
------------M interescutular
------------M parietoescutular
------------M parietoauricular
--------Grupo caudal
------------M cervicoescutular
------------M cervicoauricular superficial
------------M cervicoauricular medio
------------M cervicoauricular profundo
--------Grupo ventral
------------M parotidoauricular
------------M estiloauricular
--------Grupo de músculos intrínsecos
------------M temporal
------------M masetero
------------Mm pterigoideos
------------M digástrico
------------M estilogloso
------------M hiogloso
------------M geniogloso
------------M propio de la lengua
------------M hiofaríngeo
------------M tirofaríngeo
------------M cricofaríngeo
------------M estilofaríngeo
------------M pterigofaríngeo
------------M palatofaríngeo
----Músculos del paladar blando
------------M tensor del velo del paladar
------------M elevador del velo del paladar
------------M palatino
------------M cricotiroideo
------------M cricoaritenoideo dorsal
------------M cricoaritenoideo lateral
------------M tiroaritenoideo
------------M vocal
------------M ventricular
------------M aritenoideo transverso
------------M hioepiglótico
----Músculos del aparato hioideo
------------M tirohioideo
------------M estilohioideo
------------M milohioideo
------------M genihioideo
------------M ceratohioideo
------------M occipitohioideo
----Músculos extrínsecos del globo ocular
------------Mm rectos
------------M retractor del globo ocular
------------M oblicuo dorsal
------------M oblicuo ventral
------------M
elevador del párpado superior
Músculos del cuello, del tronco y de la cola
Las partes laterales del tórax y del abdomen se encuentran cubiertas por el músculo cutáneo del tronco (figura 1a). Este músculo, delgado pero extenso, se encuentra situado inmediatamente bajo la piel entre las hojas de la fascia superficial del tronco y se extiende desde la región glútea y el pliegue del flanco, caudalmente, hasta la fascia medial del brazo y el músculo pectoral profundo, cranealmente. Su contracción tensa y contrae la piel. Está inervado por el nervio torácico lateral.
Se considera que los músculos prepucial y supramamario son diferenciaciones del músculo cutáneo del tronco. El músculo prepucial, propio del macho, irradia desde la región del cartílago xifoides hacia el prepucio (figura 1b), donde junto al músculo contralateral forma un anillo muscularalrededor del orificio prepucial; su contracción tras la erección conlleva que el glande del pene vuelva al interior de la cavidad prepucial. El músculo supramamario, presente en la hembra, es homólogo del músculo prepucial, aunque es mucho más fino y difícil de evidenciar durante la disección.
Los huesos del esqueleto axial (cráneo, vértebras, costillas, esternón), por otra parte, proporcionan una sólida base para la inserción de los músculos extrínsecos de los miembros torácico y pelviano. Dichos músculos contribuyen a fijar los miembros, en especial el miembro torácico, a las regiones axiales y hacen además posibles muchos de los movimientos de las extremidades. Los músculos extrínsecos del miembro torácico colaboran también en la conformación del cuello y de las paredes torácicas, donde se disponen superficialmente cubriendo a varios grupos musculares situados más profundamente (figuras 2a, 2b, 2c, 2d, 2f) (ver también Atlas de los músculos del perro I).
Precisamente, estos grupos de músculos más profundos son los que se sitúan uniendo entre sí los diferentes huesos que conforman el esqueleto axial y participan por tanto en la construcción de las regiones axiales (figura 3a). Dichos músculos, que se sitúan en estrecha asociación con la columna vertebral, o que contribuyen a la formación de las paredes de las cavidades torácica y abdominal, tienen un gran significado en el soporte del peso o en el mantenimiento del equilibrio del animal, y desempeñan además un papel fundamental en la locomoción. Los músculos de las regiones axiales se pueden clasificar, siguiendo un punto de vista funcional y topográfico, en varios grupos:
Músculos de la columna vertebral
Los músculos de la columna vertebral se disponen estrechamente asociados a las vértebras. Algunos de ellos, los más superficiales, son alargados y se extienden una buena distancia a lo largo de la columna vertebral, si bien continúan uniéndose a los diferentes huesos sobre los que pasan mediante digitaciones musculares cortas o por medio de tendones y permitiendo así que la columna se comporte como una unidad funcional (figura 3c). Otros músculos, más cortos y también más profundos, cubiertos por los anteriores, se disponen entre vértebras más próximas o incluso entre vértebras contiguas (figura 4a).
En función de su posición los músculos de la columna vertebral se clasifican en dos grandes grupos: músculos epiaxiales y músculos hipoaxiales. Los primeros, más potentes y mucho más numerosos, se disponen dorsalmente a las apófisis transversas vertebrales; los segundos lo hacen ventralmente a las mismas (figura 7c). En tercer lugar se puede considerar también, en la parte más craneal de la columna vertebral, el reducido grupo de músculos motores específicos de la cabeza, que es el responsable de los movimientos especializados que ocurren en esa región.
Los músculos epiaxiales están situados dorsolateralmente sobre la columna, ocupando el espacio entre las apófisis espinosas y transversas de las vértebras lumbares, torácicas y cervicales. Se extienden entre el sacro y el coxal, en un extremo, y el occipital en el otro. Su inervación corre a cargo de los ramos dorsales de los nervios espinales. Actúan como extensores y fijadores de la columna vertebral, si bien también provocan movimientos de lateralización cuando se contraen unilateralmente. Se encuentran cubiertos, a lo largo de toda la región dorsal, por la fascia toracolumbar (figura 3a)
Los músculos epiaxiales tienen un grado de desarrollo y organización muy variable en función de la región en la que se disponen. De esta manera, en zonas de movilidad reducida, como es el caso de la región lumbar, se fusionan parcialmente dando lugar a una masa muscular común que, desde su origen en el sacro y el ilion, se prolonga cranealmente (figura 3c). A partir de la región lumbar craneal la masa muscular comienza a dividirse en tres bandas paralelas (columna lateral, columna intermedia, columna medial) que continúan longitudinalmente sobre las vértebras (figuras 3c, 15d) hasta alcanzar la región cervical. En la región torácica craneal y en el cuello, donde la movilidad es bastante más marcada, las columnas intermedia y medial aumentan su complejidad (figura 7c) y su grado de división y de diferenciación para terminar insertándose finalmente en la cabeza. La columna lateral, sin embargo, no progresa cranealmente y acaba en la última vértebra cervical (figura 7b). La columna lateral está formada por el sistema del músculo iliocostal, la columna intermedia por el sistema del músculo longísimo, y la columna medial por el sistema transversoespinoso. Además, en la región cervical se encuentra el músculo esplenio de la cabeza, que es el más superficial del grupo y cubre por tanto al resto de músculos epiaxiales.
M esplenio
de la cabeza (figuras 2f, 10a)
El más superficial de los músculos epiaxiales es
un músculo potente que se encuentra cubierto por algunos
de los músculos de la cintura torácica (trapecio,
romboides, braquiocefálico, serrato ventral del cuello)
(figura 2c). Se origina
en la parte craneal de la fascia toracolumbar, en la apófisis
espinosa de las primeras vértebras torácicas y en
el rafe tendinoso medio del cuello. La inserción tiene
lugar en el hueso occipital (cresta nucal) y en la apófisis
mastoides del temporal.
Función: Extiende el cuello y eleva la cabeza. Si actúa
unilateralmente dirige el cuello y la cabeza lateralmente.
Inervación: Ramos dorsales de los nervios cervicales.
M
iliocostal (figuras 3b,
5b)
El músculo iliocostal es el representante de la columna
lateral de los músculos epiaxiales. Los fascículos
más caudales constituyen el músculo iliocostal lumbar,
mientras que los más craneales conforman el músculo iliocostal torácico.
El punto de origen más caudal se encuentra en la cresta
iliaca y en la cara pélvica del ala del ilion. A partir
de aquí, los diferentes fascículos del músculo
se van originando, sucesivamente, en las apófisis transversas
de las vértebras lumbares y, por medio de la fascia que
le separa del músculo longísimo, también
en las apófisis espinosas; ya en la región de las
vértebras torácicas el origen tiene lugar en el
extremo vertebral de las costillas. Cada uno de los fascículos
salta sobre cuatro vértebras aproximadamente, de forma
que la inserción tiene lugar en las apófisis transversas
lumbares más craneales y en el ángulo de las costillas,
hasta llegar a la apófisis transversa de la 7ª vértebra
cervical. Sus fascículos, que se disponen solapándose
entre sí, se proyectan en dirección craneoventral
y lateral a partir de un origen caudodorsal y medial (figura 5b).
Función: Fija y estabiliza la columna vertebral en las
regiones lumbar y torácica. Colabora en la extensión
de la columna o, si actúa unilateralmente, la flexiona
lateralmente. Dado que desplaza caudalmente las costillas, colabora
en la espiración.
Inervación: Ramos dorsales de los nervios espinales torácicos
y lumbares.
M
longísimo (figuras 3b, 3c,
6b, 11d,
5c, 7c)
El músculo longísimo es el más potente de
los músculos epiaxiales y el principal representante de
la columna intermedia. Recorre enteramente la columna vertebral,
desde el sacro y el ilion hasta el occipital. De acuerdo con su
posición se reconocen varias porciones: Mm
longísimo lumbar, longísimo torácico,
longísimo cervical y longísimo
de la cabeza. Sus fascículos se encuentran fusionados en
gran parte en las regiones torácica y lumbar, lo que le
da un aspecto macizo y uniforme (figura 3b).
Por el contrario, los fascículos que conforman el músculo
longísimo cervical están claramente diferenciados
entre sí (figura 7c). El punto de origen más caudal se encuentra en la cresta
iliaca, en la cara pélvica del ala del ilion e incluso
en las apófisis espinosas sacras (figura 3c). Los diferentes fascículos del
músculo se van originando, sucesivamente, en las apófisis
espinosas, mamilares, accesorias y transversas de las vértebras.
Tras saltar sobre varias vértebras, cada uno de los fascículos
termina insertándose en las apófisis transversas,
accesorias y mamilares de las vértebras situadas más
cranealmente, así como en un área de las costillas
situada entre el tubérculo y el ángulo costal (tubérculo
del músculo longísimo, figura 5c); la parte más craneal, el músculo
longísimo de la cabeza, se inserta en la apófisis
mastoides del hueso temporal. Sus fascículos se disponen
solapándose entre sí y, al igual que ocurre con
el músculo iliocostal, se proyectan en dirección
craneoventral y lateral a partir de un origen caudodorsal y medial
(figuras 5c, 7c).
Función: estabiliza y extiende la columna. Levanta la cabeza
y el cuello. Si actúa unilateralmente flexiona la columna
lateralmente.
Inervación: Ramos dorsales de los nervios espinales.
Mm intertransversos
Son derivados profundos del músculo longísimo, por
lo que pueden incluirse dentro de la columna intermedia de músculos
epiaxiales. Se extienden entre apófisis transversas o también,
como ocurre en el cuello, entre articulares y transversas. Aunque
están presentes en las regiones lumbar y torácica
caudal, se encuentran mucho mejor desarrollados en la región
cervical, donde aparecen tres conjuntos musculares superpuestos
(figura 6c): Músculos
intertransversos cervicales dorsales, intermedios y ventrales.
Mm intertransversos cervicales dorsales (figuras 6c,
6e). Son varios fascículos
parcialmente fusionados entre sí que unen las apófisis
articulares craneales con las apófisis transversas de las
vértebras cervicales dispuestas más cranealmente,
si bien saltando sobre una vértebra antes de llegar al
punto de inserción. El fascículo más caudal
se origina en la primera vértebra torácica, mientras
que el más craneal se inserta en el ala del atlas.
Mm intertransversos cervicales intermedios (figura 6e):
Son varios fascículos que unen las apófisis transversas
de las vértebras cervicales. El fascículo más
caudal se origina en la primera vértebra torácica,
mientras que el más craneal se inserta en el ala del atlas.
Mm intertransversos cervicales ventrales (figura 6e):
Son varios fascículos que unen las apófisis transversas
de las vértebras cervicales. Se sitúan ventralmente
a los músculos intertransversos intermedios, entre la lámina
ventral de la 6ª vértebra cervical y la apófisis
transversa de la 2ª vértebra cervical.
Función: Estabilizan la columna cervical. Si actúan
unilateralmente mueven lateralmente el cuello
Inervación: Ramos dorsales y ventrales de los nervios cervicales.
Columna medial: Sistema transversoespinoso
El sistema transversoespinoso constituye la columna medial de músculos epiaxiales. Es también el más complejo de los tres sistemas musculares que se disponen sobre la columna vertebral. La dirección que toman los fascículos musculares de la columna medial es diferente a la de las columnas lateral o intermedia de músculos epiaxiales, ya que las fibras se dirigen, desde un origen caudal, ventral y lateral, hacia una inserción craneal, dorsal y medial; es decir, como indica el nombre del sistema, los músculos se disponen entre las apófisis transversas, o mamilares o articulares, donde se originan, y las apófisis espinosas de vértebras situadas más cranealmente, donde se insertan (figuras 7d, 7e). Otros músculos de la columna medial pueden tomar una dirección sagital, uniendo entre sí apófisis espinosas (figura 7e).
Algunos músculos del sistema son largos y saltan sobre varias vértebras: es el caso del músculo espinal y semiespinal torácico y cervical o del músculo semiespinal de la cabeza. Otros músculos, dispuestos más profundamente, son más cortos y unen vértebras adyacentes: músculos multífidos y rotadores.
M espinal
y semiespinal torácico y cervical (figuras 5b, 7e)
Es un potente músculo que se extiende entre la región
lumbar craneal y el axis. Los fascículos de la parte espinal
del músculo (figura 5d), que están separados incompletamente,
saltan sobre varias vértebras y se disponen principalmente
uniendo apófisis espinosas. Los fascículos de la
parte semiespinal del músculo (figura 5d), que se encuentran en la región
torácica, se sitúan uniendo apófisis mamilares
con apófisis espinosas de vértebras más craneales.
Dado que las partes espinal y semiespinal son difícilmente
separables, y que el músculo situado en la región
dorsal se continúa con el de la región cervical,
todo el conjunto forma una unidad funcional a la que se la da
el nombre de músculo espinal y semiespinal torácico
y cervical.
Función: Extiende y estabiliza el dorso. Eleva el cuello.
Si actúa unilateralmente dirige el cuello y el dorso lateralmente.
Inervación: Ramos dorsales de los nervios espinales
M semiespinal
de la cabeza (figura 7a)
El potente músculo semiespinal de la cabeza está
formado por dos músculos claramente separados: Músculo digástrico del cuello (se dispone dorsomedialmente) y Músculo
complejo (se sitúa ventrolateralmente). Ambos músculos
unen las vértebras cervicales y las primeras vértebras
torácicas con el cráneo.
El M digástrico del cuello (figura 7d) se origina en las apófisis transversas
de las primeras vértebras torácicas y en el rafe
tendinoso medio de la región cervical dorsal. Se inserta
en la escama del occipital. Su vientre tiene varias inscripciones
tendinosas.
El M complejo (figura 7d)
se origina en las apófisis articulares caudales de las
vértebras cervicales y de la primera vértebra torácica.
Se inserta en la cresta nucal.
Función: Eleva la cabeza y el cuello. Si actúa unilateralmente
dirige hacia un lado la cabeza y el cuello.
Inervación: Ramos dorsales de los nervios espinales.
Mm multífidos
Los músculos multífidos muestran una disposición
claramente segmentaria. Sus numerosos fascículos, que se
sitúan en capas superpuestas parcialmente y que saltan
sobre una o dos vértebras, unen las apófisis mamilares,
articulares o transversas de las vértebras con las apófisis
espinosas de las vértebras precedentes. Se extienden desde
el sacro hasta el axis, por lo que se pueden reconocer tres partes:
lumbar (figura 4a), torácica
(figura 5d) y cervical (figura 7e).
Función: Estabilizan la columna. En la región cervical
elevan el cuello y lo dirigen lateralmente si la contracción
es unilateral.
Inervación: Ramos dorsales de los nervios espinales.
Mm rotadores
Los músculos rotadores se sitúan profundamente a
los músculos multífidos. Sólo aparecen en
la región torácica craneal, entre la 1ª y la
10ª vértebras, ya que más caudalmente la forma
y posición de las superficies de las apófisis articulares
no permiten los movimientos de rotación de la columna.
Se disponen entre las apófisis transversas vertebrales
y las apófisis espinosas de las vértebras precedentes.
Hay 8 músculos rotadores largos y 9 músculos rotadores
cortos.
Mm rotadores largos (figuras 5e,
5g): cada uno de ellos une
la apófisis transversa con la espinosa de una vértebra
anterior, pero saltando sobre un segmento.
Mm rotadores cortos (figuras 5f,
5g): cada uno de ellos une
la apófisis transversa de una vértebra con la espinosa
de la vértebra inmediatamente anterior. Los músculos rotadores cortos se disponen profundamente
a los músculos rotadores largos.
Función: Rotan la parte craneal de la columna torácica.
La acción bilateral estabiliza la columna.
Inervación: Ramos dorsales de los nervios espinales.
Mm interespinales
Se disponen entre apófisis espinosas adyacentes. Se sitúan
profundamente al músculo espinal y semiespinal torácico
y cervical. Se encuentran en las regiones lumbar, torácica
y cervical caudal (figuras 5f,
7h).
Función: Estabilizan la columna vertebral.
Inervación: Ramos dorsales de los nervios espinales.
Los músculos hipoaxiales se relacionan ventralmente con la columna vertebral. Su número y su tamaño es reducido si se comparan con los músculos epiaxiales (figura 7c). Se encuentran en las regiones lumbar y cervical, estando ausentes en la mayor parte de la columna vertebral torácica. Su inervación corre a cargo de los ramos ventrales de los nervios espinales. Actúan como flexores y fijadores de la columna vertebral, si bien también provocan movimientos de lateralización cuando se contraen unilateralmente.
Los músculos hipoaxiales de la región lumbar, también llamados músculos sublumbares, en virtud de sus inserciones en el coxal y en el fémur se incluyen en el grupo de músculos de la cintura pélvica (figuras 13a, 13c) y se estudian por tanto junto a los músculos del miembro pelviano (ver también Atlas de los músculos del perro I: Miembros torácico y pelviano). A continuación se estudiarán por tanto únicamente los músculos hipoaxiales de la región cervical.
Mm escalenos (figuras 6a,
11d)
Los músculos escalenos se disponen entre las apófisis
transversas cervicales y las primeras costillas. Se diferencian
el músculo escaleno dorsal y el músculo escaleno
medio.
M escaleno dorsal (figuras 7a, 11d).
Está formado por un par de bandas musculares que se sitúan
sobre las costillas más craneales. La banda más
ventral se origina en la costilla 8 ó 9. La otra banda
lo hace en las costillas 3 ó 4. Ambas bandas convergen
cranealmente y se insertan en las apófisis transversas
de las vértebras cervicales 5ª a 3ª.
M escaleno medio. Se origina, mediante tres fascículos
parcialmente separados, en el borde craneal de la 1ª costilla.
El fascículo más superficial se inserta en la apófisis
transversa de la vértebra 4C (figura 7a), mientras que los más profundos
sólo llegan hasta las vértebras 7C y 6C (figura 7b).
Función: Flexionan el cuello, o lo dirigen lateralmente
si la contracción es unilateral. Se comportan como auxiliares
de la inspiración, ya que mueven cranealmente las primeras
costillas cuando el cuello está fijo.
Inervación: Ramos ventrales de los últimos nervios
cervicales y primeros nervios torácicos.
M largo
de la cabeza (figuras 2f, 6a,
6f)
Se origina en el área ventromedial de las apófisis
transversas de las vértebras cervicales y se inserta en
el tubérculo muscular de la parte basilar del occipital
(figura 8a).
Función: flexiona la parte craneal del cuello y la articulación
atlantooccipital, por lo que desciende la cabeza.
Inervación: Ramos ventrales de los nervios cervicales.
M largo
del cuello (figuras 7c, 7e, 8a)
Discurre medial y paralelo al músculo largo de la cabeza.
Está formado por diferentes fascículos que se disponen
bajo los cuerpos de las primeras vértebras torácicas
y de las vértebras cervicales. La parte torácica
del músculo (figura 7c) se origina
en la superficie ventral de los cuerpos de las seis primeras vértebras
torácicas; desde allí los vientres divergen cranealmente para insertarse
conjuntamente en la lámina ventral de la 6ª vértebra cervical. La parte cervical
tiene cuatro vientres que se originan sucesivamente en las apófisis transversas
de las vértebras C6 a C3; desde allí los fascículos se dirigen
cranealmente para insertarse en la cresta ventral de las vértebras
precedentes, llegando el vientre más craneal al tubérculo
ventral del atlas (figura 8b).
Función: Flexiona el cuello
Inervación: Ramos ventrales de los nervios cervicales.
Músculos motores específicos de la cabeza
El atlas y el axis, así como las articulaciones atlantooccipital y atlantoaxial, están estrechamente relacionados con un reducido grupo muscular que es el responsable de los movimientos especializados que ocurren en esa región. Esos músculos, que actúan específicamente sobre la cabeza, discurren entre las vértebras cervicales más craneales y el hueso occipital (figura 9b). Su contracción es la causante de iniciar el movimiento a ese nivel y provoca pequeños cambios en la posición de la cabeza al actuar sobre las articulaciones atlantoaxial y atlantooccipital. Lógicamente, para llevar a cabo movimientos más amplios y menos finos de la cabeza se requiere la actuación de los largos y potentes músculos del cuello que se insertan en el cráneo (músculos esternocefálico, braquiocefálico, esplenio, longísimo de la cabeza, semiespinal de la cabeza, etc).
El grupo de músculos motores específicos de la cabeza está formado por los dos músculos rectos dorsales, los músculos oblicuos craneal y caudal y los músculos rectos lateral y ventral.
M recto
dorsal mayor de la cabeza (figuras
9b,
9c,
9e)
Presenta dos partes claramente diferenciadas: la parte superficial
se origina en la zona caudal de la apófisis espinosa del
axis y la parte profunda (también llamada M recto dorsal
intermedio de la cabeza) lo hace en la zona craneal de la misma
(figuras 9c, 9f). Ambas porciones pasan sobre el arco dorsal
del atlas y se insertan conjuntamente en la parte escamosa del
occipital.
Función: Es un extensor de la articulación atlantooccipital,
por lo que eleva la cabeza.
Inervación: Ramo dorsal del primer nervio cervical.
M recto
dorsal menor de la cabeza (figuras
9c, 9g)
Se origina en el borde craneal del arco dorsal del atlas y se
inserta en la parte escamosa del occipital, sobre el agujero magno.
Función: Es un extensor de la articulación atlantooccipital,
por lo que eleva la cabeza
Inervación: Ramo dorsal del primer nervio cervical.
M oblicuo
craneal de la cabeza (figuras
9b, 9e,
9h)
Se origina en el borde lateral del ala del atlas, desde donde
se dirige dorsomedialmente para insertarse en la cresta nucal
y en la apófisis mastoides del temporal.
Función: Es un extensor de la articulación atlantooccipital,
por lo que eleva la cabeza; actuando unilateralmente inclina la
cabeza hacia el lado correspondiente.
Inervación: Ramo dorsal del primer nervio cervical.
M oblicuo
caudal de la cabeza (figuras 9b, 9g)
Se origina a lo largo de la apófisis espinosa del axis,
desde donde se dirige craneolateralmente para insertarse en el
ala del atlas.
Función: Actuando unilateralmente provoca el giro del atlas,
y también de la cabeza, alrededor del diente del axis.
Si se contrae bilateralmente fija la articulación atlantoaxial.
Inervación: Ramo dorsal del segundo nervio cervical.
M recto
lateral de la cabeza (figuras
8a, 9i)
Es un pequeño músculo que se origina en el arco
ventral del atlas y se inserta en la apófisis paracondilar
del occipital.
Función: Flexiona la articulación atlantooccipital
e inclina la cabeza oblicuamente.
Inervación: Ramo ventral del primer nervio cervical.
M recto
ventral de la cabeza (figura 9i)
Se origina en el arco ventral del atlas y se inserta en la parte
basilar del occipital.
Función: Flexiona la articulación atlantooccipital.
Inervación: Ramo ventral del primer nervio cervical.
La región ventral del cuello está conformada por varios grupos musculares. Los músculos que se disponen estrechamente asociados a la parte ventral de las vértebras cervicales (largo del cuello, largo de la cabeza, escalenos), y que están incluidos dentro del grupo de los músculos hipoaxiales, ya han sido estudiados. Otros músculos, más superficiales, pertenecen al grupo de músculos extrínsecos del miembro torácico (braquiocefálico, omotransverso) y han sido estudiados igualmente (ver Atlas de los músculos del perro I: Miembros torácico y pelviano).
En este apartado se estudiará un tercer grupo muscular, el que incluye a los músculos hioideos largos o hioideos caudales (esternohioideo y esternotiroideo), caracterizados por su estrecha relación con la tráquea y por actuar desplazando caudalmente el aparato hioideo. El músculo esternocefálico, aunque desde el punto de vista filogenético está relacionado con los músculos extrínsecos del miembro torácico, también se estudiará aquí.
M esternocefálico (figuras 2a,
2c, 2d,
10a)
Se origina, conjuntamente con el músculo contralateral,
en el manubrio del esternón. Según asciende hacia
la cabeza va divergiendo del músculo del otro lado y se
divide en dos partes: mastoidea y occipital. La parte occipital,
que es más superficial, se inserta en la cresta nucal (figuras
2a, 2c).
La parte mastoidea, más profunda (figuras 2d, 10a),
lo hace en la apófisis mastoides del temporal.
Función: Flexiona el cuello y desciende la cabeza. Si actúa
unilateralmente desvía la cabeza y el cuello hacia el lado
correspondiente.
Inervación: Ramo ventral del nervio accesorio y ramos ventrales
de los nervios cervicales.
M esternohioideo (figuras 6b, 9b,
10c)
Se dispone ventralmente en el cuello y estrechamente asociado
a la tráquea. Se origina en el manubrio del esternón
y en el primer cartílago costal y se inserta en el basihioides.
Función: Provoca la retracción caudal del hioides
y de las estructuras asociadas con éste (laringe, faringe,
lengua) (figura 15k), interviniendo
en la fase final de la deglución.
Inervación: Ramo ventral del primer nervio cervical y asa cervical.
M esternotiroideo (figuras 6b,
9b)
Se dispone lateralmente a la tráquea. Se origina, junto
al músculo esternohioideo, en el manubrio del esternón
y en el primer cartílago costal. La inserción tiene
lugar en el cartílago tiroides de la laringe.
Función: Forma una unidad funcional con el músculo
esternohioideo, provocando igualmente la retracción caudal
del hioides y de sus estructuras asociadas e interviniendo en
la deglución.
Inervación: Ramo ventral del primer nervio cervical y asa cervical.
El espacio
visceral del cuello (figuras 6b,
15a)
La región ventral del cuello está recorrida por
importantes estructuras viscerales, vasculares y nerviosas que
discurren entre la cabeza y la cavidad torácica. Estos
elementos, entre los que se encuentran la tráquea, el esófago,
la arteria carótida común, el tronco vagosimpático,
el nervio laríngico recurrente o el tronco traqueal están
rodeados por diferentes dependencias de la fascia cervical y se
sitúan en el llamado espacio visceral del cuello. En la
parte craneal del espacio visceral se alojan también las
glándulas tiroides y paratiroides.
El espacio visceral del cuello está delimitado por diversos
músculos (figura 15a).
El techo está constituido por los músculos inmediatamente
ventrales a las vértebras cervicales (largo del cuello,
largo de la cabeza). Los músculos cleidocefálico
y esternocefálico forman la pared lateral del espacio.
El suelo del espacio está formado por los músculos
esternohioideo y esternotiroideo.
Los músculos que conforman las paredes torácicas están relacionados activamente con los mecanismos de expansión y compresión de la cavidad torácica. De acuerdo con su función, los músculos torácicos (figura 3a) son inspiradores o espiradores. Los primeros, por su origen, disposición e inserción, mueven las costillas hacia delante y lateralmente, consiguiendo así un aumento en el tamaño de la cavidad torácica. Los músculos espiradores, por el contrario, mueven las costillas caudal y medialmente, por lo que reducen el tamaño de la cavidad torácica. El aumento del volumen torácico también se consigue reduciendo la convexidad de la cúpula diafragmática. En este sentido, el diafragma, músculo que se dispone internamente separando las cavidades torácica y abdominal (figura 11k), es el músculo inspirador más eficaz. Entre los músculos inspiradores, además del diafragma, se incluyen los músculos serrato dorsal craneal, intercostales externos, elevadores de las costillas y recto del tórax. En el grupo de los espiradores están los músculos intercostales internos, serrato dorsal caudal y transverso del tórax.
Además de los músculos propios de las paredes del tórax, otros músculos pertenecientes a otros grupos tienen también inserciones en las costillas y pueden colaborar por tanto, en uno u otro sentido, en los cambios de tamaño que experimenta la cavidad torácica. Entre los músculos que colaboran en la inspiración se encuentran el serrato ventral torácico (figura 2d) o los escalenos. Entre los que colaboran en la espiración están los músculos abdominales o el músculo iliocostal (figura 5b).
M serrato
dorsal craneal (figuras 2d,
11b,
11d)
Su origen, en forma de aponeurosis, tiene lugar en la fascia toracolumbar
y, por medio de ésta, en el ligamento supraespinoso y en
las apófisis espinosas de las primeras vértebras
torácicas. Sus fibras se orientan caudoventralmente para
terminar insertándose mediante varias digitaciones en el
borde craneal y en la superficie lateral de las costillas 2ª
ó 3ª hasta la 9ª ó 10ª.
Función: Mueve las costillas cranealmente, por lo que colabora
en la inspiración.
Inervación: Ramos de los nervios intercostales.
M serrato
dorsal caudal (figura 11b)
Se origina, por medio de una aponeurosis, en la fascia toracolumbar.
Sus fibras forman tres o cuatro digitaciones que se dirigen craneoventralmente
hasta insertarse en el borde caudal de las costillas 11 a 13.
Función: Mueve las costillas caudalmente, por lo que colabora
en la espiración.
Inervación: Ramos de los últimos nervios intercostales.
Mm intercostales
externos (figuras 2d,
11b,
11d, 11e)
Los músculos intercostales ocupan los espacios intercostales.
Los músculos intercostales externos, que son los más
potentes, se originan en el borde caudal de cada costilla. Sus
fibras se dirigen caudoventralmente para insertarse en el borde
craneal de la costilla siguiente.
Función: Actúan durante la inspiración.
Inervación: Ramos de los nervios intercostales.
Mm intercostales
internos (figuras 11d, 11e,
11g)
Los músculos intercostales internos, más delgados
que los externos, están cubiertos por éstos. Se
originan en el borde craneal de cada costilla, desde donde se
dirigen craneoventralmente para insertarse en el borde caudal
de la costilla anterior.
Función: Actúan durante la espiración.
Inervación: Ramos de los nervios intercostales.
Mm elevadores
de las costillas (figuras 11e,
11g)
Los músculos elevadores de las costillas, que ocupan la
parte proximal de los espacios intercostales, se originan en las
apófisis transversas de las vértebras torácicas.
Sus fibras se dirigen caudoventralmente hacia su inserción
en el borde craneal de la costilla siguiente, en el área
próxima al ángulo costal.
Función: Actúan durante la inspiración, dirigiendo
las costillas cranealmente.
Inervación: Ramos de los nervios intercostales.
Mm subcostales (figura 11h)
Se encuentran, cubiertos por los músculos intercostales
internos, en la parte proximal de los últimos espacios
intercostales. Sus fibras, que unen la cara interna de las últimas
costillas, toman una dirección craneoventral.
Función: Colaboran en la espiración.
Inervación: Últimos nervios intercostales.
M retractor
de la costilla (figura 11h)
El músculo retractor de la costilla, que está cubierto
por el músculo transverso del abdomen, se origina en las
apófisis transversas de las primeras vértebras lumbares.
Sus fibras discurren craneoventralmente hacia su inserción
en el borde caudal de la última costilla.
Función: Colabora en la espiración.
Inervación: Último nervio intercostal (nervio costoabdominal).
M recto
del tórax (figura 11b)
Se origina en la primera costilla y se inserta en los cartílagos
costales 2º a 4º.
Función: Colabora en la inspiración.
Inervación: Primeros nervios intercostales.
M transverso
del tórax (figuras 11i, 11j)
El músculo transverso del tórax se dispone sobre
las superficies internas del esternón y de los cartílagos
costales. Su origen tiene lugar a lo largo de la superficie dorsal
del esternón. Sus fibras se dirigen transversalmente hasta
insertarse en la cara interna de los cartílagos costales
y en las articulaciones costocondrales de las costillas verdaderas.
Función: Colabora en la espiración.
Inervación: Nervios intercostales.
Diafragma (figuras 11k,
11l, 11m, 11n,
11o, 11p, 11q)
El diafragma es el músculo que separa las cavidades torácica
y abdominal. Está formado por una porción periférica
de tejido muscular, desde donde las fibras musculares irradian
y convergen en una porción fibrosa central (figura 11p). Esta porción fibrosa,
denominada centro tendinoso, está formada por un
área central y dos prolongaciones que se extienden dorsalmente.
La porción muscular consta de las partes lumbar, costal
y esternal.
La parte lumbar está formada por los
dos pilares (izquierdo y derecho) del diafragma. Ambos pilares
se originan mediante fuertes tendones en la superficie ventral
de los cuerpos de las primeras vértebras lumbares, y las
fibras que los conforman terminan en el área dorsal del
centro tendinoso (figura 11q). Los pilares son asimétricos, siendo el derecho más
grande que el izquierdo.
La parte costal está formada por varias digitaciones
que se originan en la cara interna de las últimas costillas.
La digitación más caudal procede del extremo dorsal
de la costilla 13ª. Desde aquí, la línea de
origen se va haciendo sucesivamente más ventral hasta llegar
a la digitación más craneal, que se origina en la
parte ventral del cartílago de la 8ª ó 9ª
costilla (figura 11m). Las
fibras de la parte costal del diafragma terminan insertándose
en el área lateral del centro tendinoso (figura 11p).
La digitación más craneal de la parte costal se
continúa con la parte esternal, que se origina en
la superficie dorsal del cartílago xifoides del esternón.
Las fibras musculares se dirigen dorsalmente para terminar en
el área ventral del centro tendinoso (figura 11p).
El diafragma tiene forma de cúpula que se proyecta hacia la cavidad torácica; es decir, que su superficie craneal, o torácica, es convexa mientras que la superficie caudal, o abdominal, es cóncava (figuras 11k, 11l). El extremo craneal de la cúpula diafragmática alcanza, cuando el músculo está relajado, el nivel de la 6ª costilla (figura 11m). Esta disposición conlleva que la cavidad abdominal se proyecte bajo las costillas, dando lugar a la porción intratorácica de la cavidad abdominal (figuras 11n, 11o), donde se alojan importantes órganos abdominales (hígado, estómago, etc.).
El diafragma está perforado por tres orificios (figuras 11p, 11q). El más dorsal es el hiato aórtico, que se sitúa entre los dos pilares diafragmáticos y permite el paso de la aorta, la vena ácigos y el conducto torácico. Más ventralmente, atravesando el pilar derecho, se dispone el hiato esofágico; el esófago y los troncos vagales dorsal y ventral pasan a su través. El agujero de la vena cava caudal se sitúa en el centro tendinoso; por él pasa la vena cava caudal.
Función: La contracción
del diafragma conlleva una reducción de la convexidad de
la cúpula diafragmática y, por tanto, el aumento
de volumen de la cavidad torácica. El diafragma es pues
un importante músculo inspirador. Lógicamente, el
aplanamiento del diafragma y el aumento de tamaño del tórax
ocurren a expensas de las vísceras abdominales, que son
desplazadas caudalmente. Durante la espiración el diafragma
se relaja, con lo que las vísceras abdominales lo empujan
cranealmente, la forma de cúpula se recupera y el volumen
de la cavidad torácica se reduce.
Inervación: Nervios frénicos izquierdo y derecho.
Los músculos abdominales y sus aponeurosis constituyen una unidad funcional que forma el soporte fibromuscular de las paredes lateral y ventral del abdomen (figura 15g). Son cuatro los músculos implicados en la construcción de la pared abdominal. Los tres músculos anchos de la pared lateral del abdomen (oblicuo externo, oblicuo interno y transverso del abdomen) se originan en las regiones torácicas, lumbares y pélvicas. Sus fibras se entrecruzan y terminan en aponeurosis que acaban principalmente en la línea alba. La línea alba es un cordón fibroso que recorre la línea ventral media desde el cartílago xifoides del esternón hasta el tendón prepúbico y el borde craneal del pubis (figuras 12f, 15g). Un cuarto músculo, el recto del abdomen, toma una dirección sagital a lo largo del suelo de la cavidad abdominal, entre el esternón y la pelvis.
Una de las funciones principales de los músculos abdominales es la de soportar el considerable peso de las vísceras abdominales. En este sentido, la flexibilidad de las inserciones musculares (línea alba, ligamento inguinal, tendón prepúbico) permite la adaptación de la pared abdominal al volumen variable de las vísceras (por ejemplo, tras la ingestión de alimento o durante la gestación). Los músculos del abdomen actúan además en acciones como la defecación, la micción o el parto, produciendo presión sobre los órganos abdominales y pélvicos y sus contenidos. Pueden actuar también como espiradores, presionando las vísceras abdominales y el diafragma relajado cranealmente, y dirigiendo las costillas caudalmente, lo que reduce el volumen de la cavidad torácica. Los músculos abdominales desempeñan también un papel importante en la construcción del tronco. Al formar una conexión fuerte y flexible entre el tórax, la región lumbar y la cintura pélvica contribuyen a estabilizar la columna vertebral. Participan en la locomoción, ya que flexionan la columna vertebral al dirigir cranealmente la pelvis y los miembros posteriores cuando el animal corre.
Por otra parte, se ha de recordar que otro grupo de músculos, situados ventralmente a las vértebras lumbares, forman el techo de la cavidad abdominal (figura 15g). Estos músculos (psoas mayor, psoas menor, cuadrado lumbar), también llamados músculos sublumbares, se incluyen en el grupo de músculos de la cintura pélvica (figuras 13a, 13c) y se estudian por tanto junto a los músculos del miembro pelviano (ver también Atlas de los músculos del perro I: Miembros torácico y pelviano).
M oblicuo
externo del abdomen (figuras 2b, 11a,
12a)
Se origina mediante digitaciones en la cara lateral de las costillas
(a excepción de las cuatro o cinco primeras) y, caudalmente
a la última costilla, en la fascia toracolumbar. Además
de contribuir a la formación de la pared abdominal lateral,
interviene pues de forma importante en la constitución
de la pared torácica (figura 11a).
Sus fibras se dirigen caudoventralmente y se continúan
por medio de una aponeurosis que se divide parcialmente poco antes
de su inserción. La parte abdominal de la aponeurosis se
inserta en la línea alba y en el tendón prepúbico, mientras
que la parte pélvica de la aponeurosis lo hace en el arco inguinal (o ligamento
inguinal) (figura 12a).
La pequeña hendidura que queda entra las dos partes de
la aponeurosis del músculo oblicuo externo es el anillo
inguinal superficial, que es la abertura externa del canal inguinal.
Función: Las funciones del músculo son las propias
de todo el grupo de músculos abdominales.
Inervación: Últimos 8 ó 9 nervios intercostales,
nervio costoabdominal, nervios iliohipogástricos craneal
y caudal y nervio ilioinguinal.
M oblicuo
interno del abdomen (figuras 11c, 12c)
Se origina en la tuberosidad coxal, en el ligamento inguinal y
en la fascia toracolumbar. Sus fibras se dirigen craneoventralmente,
por lo que forman un ángulo recto con las fibras del músculo
oblicuo externo del abdomen (figura 12a).
El vientre muscular se continúa mediante una aponeurosis
que termina insertándose en la línea alba; el músculo
también presenta inserciones en la última costilla
y en el arco costal.
El músculo cremáster, propio de los machos, es un pequeño
fascículo muscular que se desprende del borde caudal del músculo oblicuo interno
del abdomen para pasar por el canal inguinal y disponerse estrechamente asociado
a la túnica vaginal y al cordón espermático hasta finalizar en las envolturas
testiculares (figuras 12l,
12m); su acción contribuye a acercar el
testículo hacia la pared abdominal cuando la temperatura ambiente es baja.
Función: Las funciones del músculo oblicuo interno son las propias
de todo el grupo de músculos abdominales.
Inervación: Últimos nervios intercostales, nervio
costoabdominal, nervios iliohipogástricos craneal y caudal
y nervio ilioinguinal.
M transverso
del abdomen (figuras 3b, 12d,
12f)
Es el más interno de los tres músculos que constituyen
la pared abdominal lateral. Se origina en la tuberosidad coxal,
en las apófisis transversas de las vértebras lumbares
y en la superficie interna de las últimas costillas y de
los cartílagos costales.
Sus fibras, que discurren siguiendo una dirección vertical,
se continúan por medio de una aponeurosis que termina insertándose
en la línea alba.
Función: Las funciones del músculo son las propias
de todo el grupo de músculos abdominales.
Inervación: Últimos nervios intercostales, nervio
costoabdominal, nervios iliohipogástricos craneal y caudal
y nervio ilioinguinal.
M recto
del abdomen (figuras 3a, 3b,
12d, 12f)
El músculo recto del abdomen se dispone ventralmente formando
el suelo de la cavidad abdominal. Se origina en los cartílagos
costales de las costillas verdaderas (de la 5ª a la 8ª)
y en la superficie lateral del esternón. Sus fibras siguen
una dirección sagital y se insertan, por medio del tendón
prepúbico, en el borde craneal del pubis. El vientre muscular, que
presenta varias intersecciones tendinosas, está situado
dentro de una vaina aponeurótica (vaina del músculo
recto del abdomen) formada por las aponeurosis de inserción
de los otros tres músculos abdominales.
Función: Las funciones del músculo son las propias
de todo el grupo de músculos abdominales.
Inervación: Últimos nervios intercostales, nervio
costoabdominal, nervios iliohipogástricos craneal y caudal
y nervio ilioinguinal.
Canal
inguinal y anillos inguinales
El canal inguinal es un paso a través de la parte caudoventral
de la pared abdominal que comunica la cavidad abdominal con el
área subcutánea de la región inguinal. La
aponeurosis del músculo oblicuo externo forma la pared
lateral del canal inguinal (figura 12g),
mientras que los vientres de los músculos oblicuo interno
y recto del abdomen forman la pared medial. El músculo transverso del abdomen
no participa en la constitución del canal inguinal, dado
que no alcanza la parte más caudal de la pared abdominal
(figura 12d). El anillo
inguinal superficial es la abertura externa del canal inguinal.
Es un ojal abierto en la aponeurosis del músculo oblicuo
externo. La parte pélvica de la aponeurosis forma el pilar
lateral del anillo y la parte abdominal forma el pilar medial
(figura 12g). El anillo
inguinal profundo tiene unos límites algo menos precisos.
Se dispone entre el borde caudal del músculo oblicuo interno,
cranealmente, y el ligamento inguinal, caudalmente (figura 12j).
El canal inguinal, que tiene escasos centímetros de longitud, permite el paso de diversas estructuras. En el caso de la hembra por el canal inguinal discurre el proceso vaginal del peritoneo (es una evaginación, en forma de saco, del peritoneo que reviste la cavidad abdominal) (figura 12h). En el macho, el canal inguinal está atravesado por el cordón espermático y su cubierta peritoneal (túnica vaginal), y el músculo cremáster (figuras 12l, 12m). Tanto en el macho como en la hembra, por el canal inguinal pasan también los vasos pudendos externos y el nervio genitofemoral (figuras 12j, 12k, 12l, 12m).
Ligamento
o arco inguinal. Lagunas muscular y vascular
El ligamento inguinal, o arco inguinal, contribuye al cierre del
espacio potencial que existe entre las paredes abdominal y pélvica.
Se origina en la tuberosidad coxal y, tras pasar sobre el músculo
iliopsoas, termina cerca de la eminencia iliopúbica del
coxal, donde se confunde y continúa con el tendón
prepúbico. El ligamento inguinal permite la inserción
de la aponeurosis del músculo oblicuo externo (figura
12a) y el origen de buena parte
del músculo oblicuo interno (figura 12c). Sirve también de inserción
caudal a la fascia transversa, que cubre la superficie interna
del músculo transverso del abdomen (figura 12d).
El ligamento inguinal forma el borde caudal del anillo inguinal profundo (figura 12j). En el espacio que queda caudalmente al ligamento inguinal, entre éste y el borde craneal del ilion, se encuentran la laguna muscular y la laguna vascular (figuras 12a, 12j). La laguna muscular es el espacio que permite el paso del músculo iliopsoas en su trayecto desde el techo de la cavidad abdominal hacia su inserción en el trocánter menor del fémur; el músculo iliopsoas discurre acompañado por el nervio femoral. La laguna vascular, dispuesta ventromedialmente a la laguna muscular, permite el paso de la arteria y vena femorales en su trayecto hacia la cara medial del muslo.
Vaina
del músculo recto del abdomen
La vaina del músculo recto, formada por las aponeurosis
de los tres músculos de la pared abdominal lateral, envuelve
al músculo recto del abdomen. Tiene una lámina externa
y una lámina interna. La lámina externa está
formada por las aponeurosis de los músculos oblicuo externo
y oblicuo interno del abdomen (figuras 3a,
12c), mientras que la lámina
interna de la vaina lo está por la aponeurosis del músculo
transverso del abdomen (figuras 12d,
12f). Ambas láminas
acaban uniéndose en la línea alba (figura 12f).
Esta disposición, que aparece a lo largo de la mayor parte
del vientre del músculo recto del abdomen, presenta modificaciones
en zonas concretas. Así, cranealmente al ombligo, la aponeurosis
del músculo oblicuo interno se desdobla y su hoja interna
también participa en la formación de la lámina
interna de la vaina. Por otra parte, en la región inguinal,
la aponeurosis del músculo transverso del abdomen pasa
a formar parte de la lámina
externa de la vaina, con lo
que la lámina interna queda sin componente aponeurótico
(sólo la fascia transversa y el peritoneo parietal cubren internamente, a
ese nivel, al músculo recto del abdomen) (figura 12d).
La cola es capaz de realizar amplios movimientos. En el caso de los carnívoros, donde los músculos de la cola y sus tendones están muy bien diferenciados, los movimientos pueden alcanzar una cierta precisión. Ello se debe a que la cola tiene importantes funciones biológicas. Sus movimientos frecuentemente expresan emociones y llevan a la cola a actuar como un indicador de la conducta social y sexual del animal. La cola contribuye además a estabilizar la columna vertebral y participa en el equilibrio del tronco. En función de su lugar de origen los músculos de la cola se clasifican en dos grupos, los que se originan en la columna vertebral y los que lo hacen en el coxal (figura 14a).
Músculos que se originan en las vértebras
Este grupo está formado por músculos alargados que discurren dorsal, lateral y ventralmente a lo largo de las vértebras caudales (figura 15j). Su origen más craneal tiene lugar en las vértebras lumbares y en el sacro. Buena parte de ellos son una continuación directa de los largos músculos asociados a la columna vertebral dispuestos más cranealmente.
M sacrocaudal
dorsal medial (figuras 14d, 14e)
Es la continuación caudal del grupo de músculos
multífidos. Está formado por numerosos fascículos
que, comenzando en la última vértebra lumbar, se
van originando en las apófisis espinosas vertebrales sacras
y caudales. Cada fascículo salta sobre varias vértebras
para terminar insertándose en las apófisis mamilares
de las vértebras dispuestas más caudalmente. Conforme
el músculo se aproxima al extremo de la cola los segmentos
se vuelven progresivamente más cortos y están peor
desarrollados.
Función: Dirige la cola dorsalmente o, actuando unilateralmente,
la eleva hacia un lado.
Inervación: Ramos musculares del plexo caudal dorsal.
M sacrocaudal
dorsal lateral (figuras 14d, 14e, 14c)
Es la continuación caudal del músculo longísimo.
Tiene su origen en las apófisis mamilares de las vértebras
lumbares, en las apófisis articulares del sacro y en las
apófisis mamilares de las primeras vértebras caudales.
Su vientre muscular da lugar a numerosos tendones, largos y delgados,
que se van insertando en las apófisis mamilares de las
vértebras caudales desde la quinta hasta la última.
Función: Dirige la cola dorsalmente o, actuando unilateralmente,
la eleva hacia un lado.
Inervación: Ramos musculares del plexo caudal dorsal.
M sacrocaudal
ventral medial (figura 14f)
Discurre ventralmente a lo largo de las vértebras caudales
hasta el extremo de la cola. Se origina en la superficie ventral
de las vértebras caudales y se inserta en las apófisis
hemales, o en sus restos, de las vértebras dispuestas más
caudalmente.
Función: Deprime la cola o, si actúa unilateralmente,
la mueve hacia un lado.
Inervación: Ramos musculares del plexo caudal ventral.
M sacrocaudal
ventral lateral (figuras 14c, 14f)
Está constituido por fascículos que se originan
en las superficies ventrales de la vértebra L7, del sacro
y de las primeras vértebras caudales. Su vientre muscular
da lugar a numerosos tendones, largos y delgados, que se van insertando
en las apófisis hemales, o en sus restos, de las vértebras
caudales, desde la sexta hasta la última. Los tendones
de inserción terminan conjuntamente con los del músculo
sacrocaudal ventral medial.
Función: Deprime la cola o, si actúa unilateralmente,
la mueve hacia un lado.
Inervación: Ramos musculares del plexo caudal ventral.
M intertransverso
dorsal caudal (figuras 14a, 14d)
Se sitúa dorsalmente a las apófisis transversas
de las vértebras caudales. Está formado por diversos fascículos que
se originan sucesivamente en los ligamentos sacroiliacos dorsales,
en la cresta sacra lateral y en las apófisis transversas
de las vértebras caudales. Los fascículos, que se
van haciendo progresivamente más pequeños hasta
incluso desaparecer en la mitad caudal de la cola, se insertan
en las apófisis transversas de vértebras situadas
más caudalmente.
Función: Mueve la cola lateralmente.
Inervación: Ramos musculares del plexo caudal dorsal.
M intertransverso
ventral caudal (figura 14a)
Se sitúa ventralmente a las apófisis transversas
caudales. Se extiende desde la tercera vértebra caudal
hasta el extremo de la cola, y está formado por fascículos
que se originan en apófisis transversas y se insertan en
apófisis transversas de vértebras más caudales.
Función: Mueve la cola lateralmente.
Inervación: Ramos musculares del plexo caudal ventral.
Músculos que se originan en el coxal
Los músculos de la cola que se originan en el coxal forman parte de la pared que cierra lateral y caudalmente la cavidad pélvica (figuras 14a, 14h, 14i, 15h). Por este motivo, los dos músculos del grupo (coccígeo y elevador del ano) son también conocidos como músculos del diafragma pélvico. Entre los vientres de los músculos de ambos lados corporales se disponen las vísceras pélvicas (parte caudal del recto y canal anal, vagina en el caso de la hembra, uretra).
M coccígeo (figuras
14a, 14h)
Se origina en la espina isquiática y se inserta en las
apófisis transversas de las primeras vértebras caudales,
entre los músculos intertransversos caudales dorsal y ventral.
Función: Dirige la cola lateralmente, si la contracción
es unilateral, y la deprime cuando la contracción es bilateral.
Inervación: Ramos musculares de los ramos ventrales de los nervios S2 y S3.
M elevador
del ano (figuras 14a,
14g, 14h, 14i)
El músculo elevador del ano se dispone medialmente al músculo
coccígeo. Su vientre, que tiene un amplio origen, está
dividido en dos partes: el M iliocaudal, que
se origina en la superficie interna del ilion, y el M pubocaudal, que lo hace en la superficie interna del pubis
y a lo largo de la sínfisis pélvica. El nervio obturador
pasa entre ambos vientres musculares (figura 14g). La inserción se lleva a cabo
conjuntamente en las apófisis hemales de las vértebras
caudales, entre la 4ª y la 7ª, si bien algunas de sus
fibras también terminan en la fascia que cubre al músculo
esfínter externo del ano.
Función: Es similar a la del músculo coccígeo.
Contribuye además a fijar la posición del ano y
comprime el recto y el canal anal durante la defecación.
Inervación: Ramos musculares de los ramos ventrales de los nervios S2 y
S3.
Siguiendo criterios ontogénicos y funcionales, en la cabeza podemos reconocer los siguientes grupos musculares:
Músculos faciales
Músculos masticadores
Músculos de la lengua
Músculos de la faringe
Músculos de la laringe
Músculos del aparato hioideo
Músculos extrínsecos del globo ocular
Los músculos de la cabeza incluidos en un mismo grupo comparten en general el nervio responsable de su inervación; esta característica indica que esos músculos también tienen en común un mismo origen embrionario. En muchos casos las inserciones de los músculos de la cabeza no tienen lugar en estructuras óseas, sino en los tejidos de diversos órganos de la cabeza, de modo que esos músculos serán los responsables de los movimientos de estructuras tan importantes como la lengua, la faringe, la laringe o el globo ocular.
Los músculos faciales comparten origen embrionario, ya que derivan del II arco faríngeo. Están inervados por diversos ramos del nervio facial. Son los músculos de la mímica o de la expresión de la cara; entre otras funciones, los músculos faciales participan en la manifestación de los estados de ánimo del animal.
Los músculos más superficiales del grupo son el músculo esfínter superficial del cuello, el Platisma y el músculo esfínter profundo del cuello. El M esfínter superficial del cuello, situado en la región laríngea, tiene unas fibras transversales y muy superficiales, que frecuentemente quedan unidas a la piel; en el curso de la disección es pues más fácil observar el músculo sobre la piel retirada que sobre el cadáver. El Platisma está mucho más desarrollado y alcanza una mayor extensión; sus fibras, dispuestas longitudinalmente, cubren parte de la cara y del cuello (figura 16a). Actúa retrayendo caudalmente la comisura de los labios y moviendo la piel de la cabeza. El M esfínter profundo del cuello, que se extiende bajo el platisma, está formado por una capa discontinua de fibras dispuestas en dirección dorsoventral (figuras 16a, 16b).
Cubiertos en mayor o menor medida por esos músculos superficiales, el grupo de músculos faciales incluye también muchos músculos relativamente pequeños que se distribuyen por la cara alrededor o en las proximidades de las aberturas naturales. Estos músculos, que actúan sobre los labios, la nariz, los párpados, la piel de la región frontal y las orejas, se describen a continuación.
Músculos de los labios y la nariz
Están inervados por los ramos dorsal y ventral del nervio facial. Los músculos más relevantes del grupo son los siguientes:
M orbicular de la boca (figura 16b)
Queda incluido dentro de los labios, de los que es su principal componente. Se sitúa formando un anillo alrededor de la abertura de la boca. Cuando actúa cierra la abertura de la boca y colabora en la succión.
M buccinador (figuras 16c, 17a)
Une el maxilar y la mandíbula, formando la pared lateral de la cavidad bucal y la base de la región de la mejilla. Colabora en la masticación, ya que cuando se contrae estrecha el vestíbulo oral y lleva el alimento desde el vestíbulo hacia los dientes y la parte central de la boca.
M elevador nasolabial (figuras 16a, 16b)
Une la región nasal dorsal con el ala de la nariz y el labio superior. Dilata la narina y eleva el labio superior.
M elevador del labio superior (figura 16e)
Se encuentra cubierto por el músculo elevador nasolabial. Se origina en el hueso maxilar, bajo el agujero infraorbitario, y se inserta en el ala de la nariz y el labio superior. Actúa dilatando la narina y elevando el labio superior.
M canino (figura 16e)
Se dispone ventralmente al músculo elevador del labio superior. Su función es similar a la del M elevador del labio superior.
M cigomático (figuras 16a, 16c)
Se extiende entre el cartílago escutiforme y el ángulo de la boca. Dirige caudalmente el ángulo de la boca o mueve rostralmente el cartílago escutiforme.
Están inervados por el ramo palpelbral del nervio auriculopalpebral (que a su vez es ramo del nervio facial). Los músculos más relevantes del grupo son los siguientes:
M orbicular del ojo (figuras 16a, 16e, 16f)
Está incluído dentro de los párpados. Se dispone rodeando como un esfínter a la abertura palpebral, de manera que cuando se contrae cierra los párpados.
M retractor del ángulo lateral del ojo (figuras 16a, 16e, 16f)
Este pequeño músculo se extiende lateralmente desde la fascia temporal hasta el ángulo lateral del ojo. Como su nombre indica, su contración retrae el ángulo lateral.
M elevador del ángulo medial del ojo (figura 16f)
Este pequeño músculo se extiende dorsalmente desde la fascia de la región frontal hasta el ángulo medial del ojo. Eleva el párpado superior.
M elevador del párpado superior
Aunque funcionalmente actúa sobre el párpado, por su inervación, su origen embrionario y su topografía es más correcto asignarlo al grupo de Músculos extrínsecos del globo ocular.
Están inervados por el nervio auriculopalpeblal (ramo del nervio facial).
M frontal (figuras 16a, 16b, 16h)
Se dispone superficialmente en la región frontal, entre el cartílago escutiforme y el párpado superior. Desplaza rostralmente el cartílago escutiforme o, al mover la piel de la región frontal, eleva el párpado superior. Puede por tanto actuar, además de sobre la piel frontal, en los párpados y las orejas.
Más profundo que el anterior, está cubierto por el músculo interescutular. Se dispone sobre el músculo temporal, entre la parte caudal de la cresta sagital externa y la fascia nasofrontal. Actúa tensando la fascia de la región.
Constituyen un grupo numeroso de músculos que desde orígenes diversos externos a la oreja convergen para insertarse en el pabellón auricular, de forma que cuando actúan mueven la oreja en varias direcciones, tanto con fines de expresión facial como para captar mejor los sonidos. Varios de los músculos tienen inserciones en el cartílago escutiforme, que se localiza sobre el músculo temporal rostralmente a la oreja (figuras 17b, 17d). De acuerdo con su situación los músculos auriculares se clasifican en cuatro grupos: rostral, dorsal, ventral y caudal. Además, se considera un quinto grupo formado por los pequeños músculos intrínsecos de la oreja. Diversos ramos del nervio facial se ocupan de la inervación: nervio auricular caudal (músculos del grupo caudal), ramo cervical (músculo parotidoauricular), y ramo auricular rostral del nervio auriculopalpebral (músculos del grupo rostral).
Grupo rostral. Se extiende entre el cartílago escutiforme, o el cráneo, y la oreja.
Mm escutuloauriculares superficiales (figuras 16c, 16h, 16i)
Son varios pequeños músculos que se sitúan entre el cartílago escutiforme y el pabellón auricular. Son rotadores internos del pabellón auricular, y dirigen la concha auricular rostromedialmente.
Mm escutuloauriculares profundos (figura 16i)
De pequeño tamaño, se extienden entre la cara interna del cartílago escutiforme y la base del pabellón auricular. Son rotadores externos, y dirigen la concha auricular caudalmente.
M cigomaticoauricular (figuras 16a, 16b)
Se desprende del músculo frontal y se une al borde rostral del pabellón. Es un rotador interno y dirige el cartílago auricular rostralmente.
Grupo dorsal. Se extiende entre la línea dorsal media y el cartílago escutiforme o, alternativamente, el pabellón auricular.
M interescutular (figura 16g)
Se dispone transversalmente uniendo ambos cartílagos escutiformes, a los que fija. Dorsalmente se continúa con el músculo frontal.
M parietoescutular (figura 16i)
Une el hueso parietal (cresta sagital externa) con el cartílago escutiforme. Fija el cartílago.
M parietoauricular (figura 16i)
Une el hueso parietal (cresta sagital externa) con la concha auricular. Actúa elevando la oreja.
Grupo caudal. Se dispone en la región retroauricular, situándose entre el rafe dorsal medio del cuello y el cartílago escutiforme o, alternativamente, el pabellón auricular.
M cervicoescutular (figuras 16g, 16h)
Desde la línea cervical media llega hasta el cartílago escutiforme. Fija el cartílago y lo dirige caudalmente.
M cervicoauricular superficial (figuras 16g, 16h)
Es caudal al músculo anterior. Desde la línea cervical media llega hasta el pabellón auricular. Actúa elevando la oreja.
M cervicoauricular medio (figuras 16i, 16j)
Se sitúa profundamente al músculo anterior. Desde la protuberancia occipital externa se dirige hacia la base del pabellón auricular. Es rotador externo de la oreja y la mueve caudalmente.
M cervicoauricular profundo (figura 16j)
Se sitúan profundamente al músculo anterior. Desde la protuberancia occipital externa se dirige hacia la base del pabellón auricular. Es rotador externo de la oreja y la mueve caudalmente.
Grupo ventral. Se dispone en la región parotídea.
M parotidoauricular (figuras 16b, 16c)
Es muy superficial. Se origina en la fascia cervical a la altura de la región laríngea, pasa sobre las glándulas salivares mandibular y parótida y se inserta en la parte ventral del pabellón auricular. Deprime la oreja.
M estiloauricular (o M mandibuloauricular) (figura 17b)
No es constante. Se origina en el área del cuello de la mandíbula, desde donde se dirige dorsalmente hasta el pabellón auricular. Está cubierto por la glándula parótida. Actúa acortando el meato acústico externo.
Grupo de músculos intrínsecos (figura 16c). Estos pequeños músculos se disponen en el espacio existente entre los extremos del cartílago auricular, externamente a la cavidad de la concha que se encuentra en la parte proximal de la oreja. Actúan estrechando la entrada de la cavidad conchal, pero tienen poca importancia funcional. Algunos de los componentes son el músculo del hélix, el músculo del trago o el músculo del antitrago, entre otros. Se disponen en conjunto y no los diferenciaremos individualmente.
El músculo temporal, el músculo masetero y los músculos pterigoideos forman el grupo de músculos masticadores (figura 17a). Comparten origen embrionario, ya que derivan del I arco faríngeo, e inervación, ya que están inervados por ramos del nervio mandibular. Todos ellos elevan la mandíbula e intervienen, por tanto, en el cierre de la boca. El músculo digástrico, aunque desde el punto de vista ontogénico no pertenece estrictamente al grupo, colabora con los músculos masticadores.
M temporal (figuras 17a, 17b, 17d)
Se origina en la fosa temporal y se inserta en la apófisis coronoides de la mandíbula (figura
17c).
Función: eleva la mandíbula.
Inervación: Nervio mandibular.
Se origina en el arco cigomático y en la parte caudal del
hueso maxilar y se inserta en la fosa masetérica de la
mandíbula. En función de la dirección que
toman sus fibras se distinguen las porciones superficial, que
es la más grande, media (figura 17e)
y profunda (figura
17f).
Función: eleva la mandíbula.
Inervación: Nervio mandibular.
Mm pterigoideos (figuras 17g, 17h)
Los dos músculos pterigoideos se disponen medialmente
a la mandíbula. El M pterigoideo medial es,
con diferencia, el más grande, y también el más
rostral de los dos. Se origina en la fosa pterigopalatina del
cráneo y se inserta en la fosa pterigoidea de la mandíbula y en la cara
medial de la apófisis angular. El M pterigoideo lateral es mucho más pequeño
y se sitúa caudalmente al pterigoideo medial (figura
17h). Se origina en la cara lateral del hueso
esfenoides y se inserta en la cara medial del cóndilo de
la mandíbula.
Función: ambos músculos elevan la mandíbula.
Inervación: Nervio mandibular.
M digástrico (figuras 16c, 17b, 17i)
Se origina en la apófisis paracondilar
del occipital y se inserta en el borde ventral de la mandíbula. Tiene dos
vientres musculares (caudal y rostral) separados por una intersección tendinosa
que, en el caso del perro, no siempre es bien identificable (figura
17i).
Función: Abre la boca.
Inervación: La doble inervación del músculo
es una muestra de su doble origen ontogénico. El nervio
facial inerva el vientre caudal (que deriva del II arco faríngeo). El nervio
mandibular inerva el vientre rostral (que deriva del I arco faríngeo).
Los músculos linguales son los responsables de los movimientos de la lengua (figura 18a). Se clasifican, según su disposición, en extrínsecos e intrínsecos. Los músculos extrínsecos son el estilogloso, el hiogloso y el geniogloso. El músculo intrínseco recibe también el nombre de músculo propio de la lengua. Comparten origen embrionario, ya que todos son derivados de los primeros somitos occipitales. Todos ellos están inervados por el nervio hipogloso.
M estilogloso (figuras 18a, 18b)
Se origina en el hueso estilohioides y se inserta a lo largo de
la lengua.
Función: dirige la lengua caudalmente.
Inervación: Nervio hipogloso.
Se origina en el basihioides y el tirohioides. Se inserta en
los dos tercios caudales de la lengua.
Función: dirige la lengua caudalmente y la deprime.
Inervación: Nervio hipogloso.
M geniogloso (figuras 18a, 18b, 18c)
Se origina en la cara medial de la mandíbula, junto a la
sínfisis mandibular. Enseguida se ensancha en abanico para
terminar insertándose a lo largo de casi toda la lengua.
Función: debido a la amplitud de su inserción la
función es muy variable. Mueve la lengua rostralmente y
la deprime
Inervación: Nervio hipogloso.
M propio de la lengua (figuras 18c, 15k, 23a)
Está formado por fascículos que, de
acuerdo con la dirección que toman sus fibras, se denominan longitudinales,
transversales y perpendiculares. Para visualizar el músculo es necesario
recurrir a secciones longitudinales y transversales de la cabeza.
Función: acorta la lengua y hace que se vuelva rígida.
Inervación: Nervio hipogloso.
Los músculos faríngeos, que derivan del arco faríngeo III, forman la capa muscular de la pared faríngea (figuras 17a, 18a, 19a, 19b). Son constrictores de la faringe, excepto el músculo estilofaríngeo que es dilatador. Actúan durante la deglución, de manera que su contracción coordinada y sucesiva forma una onda peristáltica que facilita la progresión caudal del bolo alimenticio (figura 19e). Todos ellos están inervados por el plexo faríngeo, que está constituido por la red nerviosa que forman las ramas faríngeas de los nervios glosofaríngeo y vago.
M hiofaríngeo (figuras 19c, 19d)
Se origina en el tirohioides y se inserta en el rafe dorsal medio de la faringe.
Función: es constrictor de la faringe.
Inervación: Nn glosofaríngeo y vago (plexo faríngeo).
M tirofaríngeo (figuras 19c, 19d, 23c)
Se origina en el cartílago tiroides y se inserta en el
rafe dorsal medio de la faringe
Función: es constrictor de la faringe.
Inervación: Nn glosofaríngeo y vago (plexo faríngeo).
M cricofaríngeo (figuras 19c, 19d)
Se origina en el cartílago cricoides y se inserta en el
rafe dorsal medio de la faringe
Función: es constrictor de la faringe.
Inervación: Nn glosofaríngeo y vago (plexo faríngeo).
M estilofaríngeo
(figuras
19c,
19d)
Se origina en el estilohioides y se inserta en la parte rostral
de la pared faríngea.
Función: es el único dilatador de la faringe.
Inervación: Nn glosofaríngeo y vago (plexo faríngeo).
M pterigofaríngeo (figuras 19c, 19d)
Se origina en la apófisis ganchosa
del pterigoides y se
inserta en el rafe dorsal medio de la faringe
Función: es constrictor de la faringe.
Inervación: Nn glosofaríngeo y vago (plexo faríngeo).
M palatofaríngeo
Se origina en el hueso palatino y en
el paladar blando y se inserta en el rafe dorsal medio de la faringe.
Función: es constrictor de la faringe.
Inervación: Nn glosofaríngeo y vago (plexo faríngeo).
El paladar blando es la prolongación del paladar óseo. Se dispone entre la nasofaringe, que queda dorsalmente, y la orofaringe, situada ventralmente (figuras 15k, 23a, 23b). En el paladar blando se insertan los pequeños músculos tensor y elevador del velo del paladar, que actúan movilizando el paladar blando durante la deglución (figuras 19b, 19e).
M tensor del velo del paladar (figuras 19b, 19d)
Se origina en la apófisis muscular del temporal y termina
irradiando en el paladar blando.
Función: actúa tensando el paladar blando.
Inervación: N mandibular.
M elevador del velo del paladar (figuras 19b, 19d)
Se origina en la apófisis muscular del temporal y termina
irradiando en la parte caudal del paladar blando.
Función: eleva la parte caudal del paladar blando.
Inervación: Nn glosofaríngeo y vago (plexo faríngeo).
Es de pequeño tamaño y discurre longitudinalmente en el interior y a lo largo del paladar blando, desde el hueso palatino hasta el borde libre. Para poder visualizarlo hay que recurrir a cortes transversales de la cabeza.
Función: acorta el paladar blando.
Inervación: Nn glosofaríngeo y vago (plexo faríngeo).
La laringe, que está suspendida de la base del cráneo por medio del hioides, se sitúa ventralmente a la faringe y caudalmente a la mandíbula (figuras 17a, 19a, 19c, 15k, 23c). Los músculos laríngeos se disponen uniendo los cartílagos de la laringe y actúan provocando movimientos entre ellos y modificando por tanto las características de la cavidad de la laringe y de sus paredes. Derivan del IV arco faríngeo y están inervados por los nervios laríngicos craneal y caudal, que son ramos del nervio vago.
M cricotiroideo (figuras 19c, 20a)
Se origina en la parte caudal de la
lámina del tiroides y se inserta en el arco del cartílago cricoides.
Función: Su contracción hace bascular caudalmente
la lámina del cricoides, lo que tensa los pliegues vocales.
Inervación: Ramo externo del N laríngeo craneal.
M cricoaritenoideo dorsal (figuras 20a, 20b, 20f)
Se origina en la lámina del cartílago cricoides
y se inserta en la apófisis muscular del cartílago aritenoides.
Función: es un dilatador de la glotis.
Inervación: N laríngico caudal.
M cricoaritenoideo lateral (figuras 20b, 20c)
Se origina en el arco del cartílago cricoides y se inserta
en la apófisis muscular del aritenoides.
Función: es un aductor de la glotis.
Inervación: N laríngico caudal.
M tiroaritenoideo (figura 20b)
Se origina en la parte ventral del cartílago tiroides y se inserta en la
apófisis muscular del cartílago aritenoides.
Función: Ajusta la tensión de los pliegues vocales
y contribuye al cierre de la glotis.
Inervación: N laríngico caudal.
Se origina en la parte ventral del cartílago tiroides y se inserta en la
apófisis vocal del aritenoides.
Función: Ajusta la tensión de los pliegues vocales.
Inervación: N laríngico caudal.
M ventricular (figuras 20b, 20c)
Se origina en la apófisis cuneiforme del cartílago
aritenoides y se inserta en el cartílago interaritenoideo,
donde se une al músculo contralateral.
Función: Contribuye al cierre de la glotis.
Inervación: N laríngico caudal.
M aritenoideo transverso (figuras 20b, 20f)
Se origina en la apófisis muscular del cartílago
aritenoides y se inserta en el cartílago interaritenoideo,
donde se une al músculo contralateral.
Función: Contribuye al cierre de la glotis.
Inervación: N laríngico caudal.
M hioepiglótico (figura 20g)
Se origina en el ceratohioides y se inserta en la epiglotis.
Función: dirige a la epiglotis ventralmente.
Inervación: N laríngico caudal.
Los músculos hioideos forman un grupo muscular que tienen como común denominador el hecho de insertarse en el aparato hioideo (figuras 17a, 21b). Cuando se contraen provocan movimientos en el hioides y, en consecuencia, mueven también órganos como la faringe, la laringe y la lengua, con los que el hioides se encuentra estrechamente asociado (figuras 15k, 21c). Desde un punto de vista ontogénico los músculos del aparato hioideo no forman un conjunto homogéneo; sus distintos orígenes embrionarios explican que la inervación de los componentes del grupo sea tan diversa. Algunos de los músculos, los llamados músculos hioideos caudales (esternohioideo, esternotiroideo), pertenecen al grupo de músculos ventrales del cuello (figuras 17a, 21b). El resto de músculos hioideos se describen a continuación.
M tirohioideo (figura 17a, 21b)
Une el cartílago tiroides y el tirohioides.
Función: Dirige el hioides caudalmente o la laringe rostralmente.
Inervación: Ramo ventral del I nervio cervical y N hipogloso
(forman el asa cervical).
M estilohioideo (figuras 21a, 21b)
Es un fino músculo que se origina en el timpanohioides y en el estilohioides y se inserta en el basihioides. Es inconstante.
Función: eleva el basihioides.
Inervación: N facial.
M milohioideo (figura 17a, 21d)
Este músculo, que se dispone cerrando ventralmente el espacio
intermandibular, se origina en la cara medial de la mandíbula
y se inserta, junto con el músculo contralateral, en un
rafe fibroso medio. La parte más caudal termina en el basihioides.
Función: dirige el hioides rostralmente.
Inervación: N mandibular.
M genihioideo (figuras 18a, 21b, 21f, 21g)
Se origina en la parte rostral y medial del cuerpo de la mandíbula
y se inserta en el basihioides.
Función: dirige el hioides rostralmente.
Inervación: N hipogloso.
M ceratohioideo (figura 21e)
Une el tirohioides con el ceratohioides.
Función: dirige la laringe rostralmente.
Inervación: N glosofaríngeo.
M occipitohioideo (figura 21c)
De tamaño minúsculo, se origina en la apófisis paracondilar del occipital y se inserta en el estilohioides.
Función: Desplaza caudalmente el estilohioides.
Inervación: N facial.
Músculos extrínsecos del globo ocular
Los músculos extrínsecos del globo están rodeados por la periórbita (figuras 17i, 18a, 22a). Considerados en conjunto, se disponen formando un cono cuyo vértice está en el vértice de la órbita ocular y cuya base se encuentra en el propio globo ocular (figuras 21c, 22c). Se originan, con la excepción del M oblicuo ventral, en el vértice de la órbita ocular, concretamente en los bordes del canal óptico y de la fisura orbitaria. Todos se insertan en la túnica fibrosa del globo, en la zona próxima al ecuador del mismo. Están inervados por tres nervios craneales: oculomotor, troclear y abducente.
Los cuatro músculos rectos (dorsal,
ventral, lateral y
medial) se originan en el borde del canal óptico. Desde
allí se dirigen rostralmente al tiempo que divergen para
terminar insertándose, por delante del ecuador, en las
zonas dorsal, ventral, lateral y medial, respectivamente, del
globo ocular.
Función: Los músculos recto dorsal y recto ventral
provocan el giro del globo ocular alrededor de un eje horizontal
que atraviesa el ecuador del mismo. Los músculos recto
lateral y recto medial provocan el giro del globo ocular alrededor
de un eje vertical que atraviesa el ecuador del mismo.
Inervación: N oculomotor (Mm rectos dorsal, ventral y medial).
N abducente (M recto lateral).
M retractor del globo ocular (figuras 22e, 22f)
Está formado por cuatro fascículos que se originan
alrededor de la fisura orbitaria y que van divergiendo conforme
se aproximan a la zona del ecuador del globo ocular, donde se
insertan caudalmente a él. El músculo retractor del globo se encuentra cubierto por los
cuatro músculos rectos y él mismo cubre, a su vez, al nervio óptico.
Función: retrae el globo ocular.
Inervación: N abducente.
M oblicuo dorsal (figura 22g)
Se dispone dorsomedialmente al resto de músculos oculares.
Se origina en el vértice de la órbita, en el borde
del canal óptico. Aprovecha el paso por la tróclea
situada en la parte dorsomedial de la órbita para modificar
bruscamente la dirección de su tendón de inserción,
que termina en el ecuador del globo bajo el tendón del
músculo recto dorsal.
Función: Provoca el giro del globo alrededor del eje que
atraviesa los dos polos del mismo, de forma que su parte dorsal
se dirige medial y ventralmente.
Inervación: N troclear.
M oblicuo ventral (figuras 22c, 22d)
Se origina en la parte rostral de la fosa pterigopalatina y se
inserta, bajo el tendón del músculo recto lateral,
en el ecuador del globo. Es el único componente del grupo
que no procede del vértice de la órbita y, por tanto,
no forma parte del cono muscular que se dispone en la órbita
ocular.
Función: Provoca el giro del globo alrededor del eje que
atraviesa los dos polos del mismo, de forma que su parte ventral
se dirige medial y dorsalmente.
Inervación: N oculomotor.
M elevador del párpado superior (figuras 22h)
Aunque este músculo no pertenece, desde el punto de vista
funcional, al grupo de músculos extrínsecos del
globo ocular, sí que corresponde sin embargo cuando se tienen
en cuenta los puntos de vista ontogénico o topográfico.
De hecho, se origina, como la mayor parte de ellos, en el vértice
de la órbita. Desde allí se dirige rostralmente,
dispuesto dorsalmente al músculo recto dorsal, para terminar
insertándose en el párpado superior. Es pues un
componente del cono muscular que, cubierto por la periórbita,
ocupa la cavidad orbitaria.
Función: eleva el párpado superior.
Inervación: está inervado por el nervio oculomotor,
lo que es una muestra de la relación ontogénica
entre éste y otros músculos extrínsecos del
globo ocular.
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Webs de Anatomía
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http://veterinariavirtual.uab.es/anatomia/musculosperroI/
- Atlas de los músculos del perro II: Cuello, tronco y cola. Cabeza.
http://veterinariavirtual.uab.cat/anatomia/musculosperroII/
- Los miembros del perro: Inervación y vascularización. Atlas virtual.
http://veterinariavirtual.uab.cat/anatomia/nerviosyvasosperro/
- La cabeza del perro. Atlas virtual.
http://veterinariavirtual.uab.cat/anatomia/cabezaperro/
- Atlas de osteología de los mamíferos domésticos.
http://veterinariavirtual.uab.es/anatomia/osteologia
- Atlas de anatomía de especies silvestres de la Amazonía peruana
http://atlasanatomiaamazonia.uab.cat/